lunes, 10 de agosto de 2009

DEMASIADA DESPREOCUPACIÓN.

Raúl miró el reloj y se sorprendió de lo rápido que había pasado el tiempo.Debía llamar su mujer para que no lo esperase para cenar, de lo contrario ella se enfadaría y los días siguientes se convertirían en una lucha muda en palabras y su descanso se vería seriamente perjudicado, al tener que acabar con sus huesos en un sofá. Esto enturbiaría también su rendimiento laboral y el problema sería entonces más grave.
El hecho de no haber tenido hijos, hasta el momento, facilitaba su plena dedicación al trabajo,
interrumpida sólo por ciertas obligaciones maritales que eran estrictamente obligatorias y de las que él también disfrutaba a pesar de un primer rechazo,ya que consideraba algunas como una pérdida de tiempo.
Se acercó al teléfono e insistentemente marcó varias veces el número de su casa pero nadie respondió .Por un momento se sintió aliviado,él había hecho lo propio de un marido responsable.Si su mujer no se encontraba en casa ya no era su problema.Esto sería la excusa perfecta para evitar una disputa matrimonial.
Eva ajena al tiempo y al teléfono disfrutaba de un relajante baño. Su única preocupación es que el agua permaneciese lo suficientemente caliente para no tener que hacer movimientos inútiles.
Cerca de las 10 ,Eva volvió a la realidad de su ático y vio que su marido no había llegado a casa.
Un gesto en su cara hizo ver la falta de preocupación.Se acercó al teléfono para ver si alguien había llamado y comprobó que había varias llamadas desde la oficina de su marido.Pero en ningún momento tuvo la intención de devolvérselas.
Preparó su cena y se sentó en el sofá acompañada de una infusión.Tras 15 minutos de fracaso televisivo se fue al dormitorio para poder acabar con uno de esos libros que parecen interminables.
El día siguiente se presentaba con una intensa actividad laboral para los.Posiblemente ninguno fuese a comer a casa y se verían por la noche ,si la ocasión lo requería.
Ella debía repasar algunos documentos importantes y hacer las últimas compras para un viaje que la mantendría alejada de ciudad unos cuantos días.
Pensó, si había hablado con su marido de este viaje y no fue capaz de recordarlo.No pasaba nada se lo diría en algún momento del día o se lo dejaría escrito en una nota .
Raúl llegó a su casa cargado con bolsas de la compra.Fue hacia la cocina,colocó cada cosa en su sitio y se sentó en el sofá con una cerveza.
Buscó una pelicula en la televisón y esperó a que su mujer llegase.Pensó que ella traería algo para cenar así evitaría ponerse a preparar algo.Estaba bastante cansado para cualquier cosa.
Estaba fumando su último cigarillo ,se había olvidado de comprar otra cajetilla.Su mujer solía tener alguna guardada ,eso lo impulsó a levantarse del sofá y olvidarse de su cansancio.
Miró en una estantería de la cocina,depués fue hacia el dormitorio y bingo! Encima de la cómoda había una.Debajo había una nota:
"Imaginaba que te quedarías sin tabaco y antes de bajar rebuscarías por toda la casa.Pues aquí lo tienes."
Se sorprendió al ver la nota y pensó que tenía una mujer maravillosa,siempre estaba en todo .
Continuó leyendo la nota:
"¿Tú hubieses hecho lo mismo? posiblemente ni te acuerdes que dejé de fumar hace 2 meses".
Ahora su ánimo no era el mismo y algo empezaba a preocuparle.
"He sido muy feliz contigo pero esto se acabó, creo que me entiendes.Espero que puedas rehacer tu vida pronto"
La boca de Rául se convirtió en una retahila de insultos insuperables y poco a poco su cuerpo se fue inclando hasta caer de rodilllas al suelo.