mi gran compañero ,juntos compartimos cenas de amigos,horas de estudio,lecturas de poesía ,momentos agradables y como no, momentos de tristeza,donde la soledad se hace menos espesa gracias a su compañía,a sus continuos ronroneos buscando mi mano para acariciarle,a su cariño incondicional ante situaciones difíciles.
A veces , no hacen falta palabras para demostrar el cariño sino la simple compañía de alguien que te lo demuestra a su manera.
Ahora, tiene la compañia de una hermosa gata negra, Marcelina, jovial, loca , divertida, atravesada , lo propio de un cahorro de 2 años .Le ha dado la vitalidad que le faltaba y ahora somos cuatro.Una familia casi numerosa.
Por todos esos buenos momentos que me ha hecho pasar, quería dedicarle estas palabras de agradecimientos.Imagino que aquellos que comparten su vida con algún animal me podrán entender y para aquellos otros que no los tienen les invito a que pongan un animal en su vida.
Se sentirán más felices ,si mucho más felices...
Yo he tenido durante toda mi vida una duda infernal, adoptar un perro o un gato. Siempre he supuesto que se llevan mal, porque así como el perro es dócil y ciertamente esclavo del hombre, el gato lleva dentro de sí una conciencia plena de su libertad y categoría, haciendo amistad con el hombre pero no esclavizándose. Por esta duda, cuando después de 18 años murió el perro callejero que adopté siendo una cría, no me decido en estos momentos por adoptar a ningún animal casero. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMara, entro de nuevo para que puedas leer el soneto que escribí a Marramiau, el gato preferido de un íntimo amigo mío. Espero que te guste.
ResponderEliminarLa vida de Marramiau.
Marramiau se despierta, sacude la pereza,
elonga con extremo sus patas, lametazos,
bostezos y, saltando veloz de entre mis brazos,
se dirige a la cocina alzando la cabeza.
Alabea el lomo y en puntillas, se endereza,
olisquea platos, tazas, pucheros y cazos,
maúlla, malla, miaña y con sus arañazos
descubre la anhelada pitanza con presteza.
La mira, la olfatea, degusta la comida,
lame y relame la leche en el tazón servida,
ronroneando para finalizar la fiesta,
se traslada despacio y sin pausas a la sombra,
se tumba cuan largo es sobre la espesa alfombra
y da por comenzada su bien ganada siesta.
Eres un genio Fernando,perfecta descripción del gato,sacudiendo la pereza,son perezosos por naturaleza.
ResponderEliminarSe nota que tienes una gran sensibilidad hacia los animales.
Me alegro que los animales puedan unir a las personas.
Me ha encantado.Felices sueños
Un saludo Tuno.
ResponderEliminarAnda que no debes estar consentido.
Me alegro por ti.
Dale recuerdos a Mara.
Es cierto, sea un gato, un perro, una pecera, los animales completan esa falta de naturaleza propia de sociedades "modernas", voto por ti la vida sería muy aburrida sin una mascota...
ResponderEliminarronroneos para ti...
Que me vas a contar, tengo 3 perros. Disfruta de tu "familia numerosa" y si crece, pues... donde caben 4, caben 5. No pasa nada...
ResponderEliminarMe alegro de haber traido para ti recuerdos llenos de candilejas.
Moitos biquiños.
Te entiendo perfectamente y creo que no podrías haberle dedicado mejor homenaje, lleno de gratitud y cariño. Precioso post
ResponderEliminarun abrazo
Tuno es un gato consentido pero entrañable, esa es la verdad. COn la edad su ánimo se ha ido templando. Cuatro en la familia sí señora...
ResponderEliminarmadre de dios, a la vez que te envidio temo por la salud de tus cortinas y tus sofás!
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