Sacudió su chaqueta y pensó en que momento la había manchado.Retrocedió en el tiempo y su monólogo perdió el rumbo al darse cuenta de que había permanecido demasiado tiempo guardada en el armario.Trató de disculparse por sus muchos quehaceres y poco a poco se fue sintiendo alarmada por esas otras muchas cosas que había dejado de hacer.
El tiempo no perdona la falta de tiempo-pensó.
Su vida se había quedado resumida a simples aspectos laborables,donde los amigos habían sido sustuidos por compañeros de trabajo,sus apacibles horas de lectura por infinitos papeles y números que reposaban en la mesa del comedor y mientras ,la falta de ese algo que siempre había buscado permanecía intacta,sin forma alguna.
Sólo la compañia de su gato continuaba en su vida de una manera inalterable,Marcelo era lo único que tenía de su antigua vida.
Se lamentó con lágrimas sinceras al darse cuenta de que ya todo eso formaba parte de su pasado.
Había proyectado tantas esperanzas en su nueva vida y en su nuevo trabajo que se olvidó de lo que realmente era importante para ser feliz.
Ni si quiera recordaba que hábía sido de su última pareja.
Tenía una preciosa casa a los pies del mar ,un porche del que ya nunca disfrutaba,un sofá tan cómodo,amplio y caro que la incitaba al descanso pero ya no había sueños que se recostasen con ella .Sólo le servia para el descanso de su cuerpo cansado.
Permaneció en silencio largo tiempo ,mirando al mar...
Y recordó que la última vez que pusiera esa chaqueta fuera para una cena de trabajo,a la que no deseaba ir pero su trabajo le imponía ciertas obligaciones de las que no podía huir.
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Amigos sustituidos por compañeros del trabajo, libros sustituidos por papeles laborales...
ResponderEliminarTantas esperanzas y proyectos en vidas que en realidad no nos sirven. Siempre olvidándonos de lo esencial, pero siempre es posible enmendarlo.