Me golpearon las olas,
me adornó la espuma,
me abatí con el miedo
y dormí.
Dormí
para no querer despertar
pero ni siquiera la vida respetó mi sueño.
Y llovió
llovió
y llovió.
Agua sobre agua,
agua sobre el mar.
Agua que resbaló sobre mi fragilidad
e inundó mi barco hundido.
Se partieron los cristales de marfíl,
se compensaron las angustias de los mares.
Lloraron
mis lágrimas con el mar
y se formó la tarde.
Me salpicaron las olas
y mi cuerpo se adormeció.
Entonces
imaginé que soñaba
pero no quería dormir...
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