Me escondo tras la máscara de hierro que poco a poco va desfigurando mi cara y tras mi cara desfigura mi vida. La realidad ya nunca es la misma tras ese prisma.Los horizontes se cierran,los cierro yo.Evado la miseria de la vida , que poco a poco me va cegando y me separa del olor de la realidad. El aire es rancio,el viento no penetra y la sonrisa no se escapa tras el frío hierro.
Todo se transforma en un mundo sin color.Pero son los ojos los que mantienen el contacto real tras esa máscara que solo esconde mi cara.Miro a través de un cuadro sin sonrisa.
Los ojos son los más vulnerables.
ResponderEliminarNo podemos protegerlos, y ven, y ven y no dejan de ver.
Hemos de aprender a no mirar aquello que duele.
Besos.
El tema de las máscaras siempre me pareció interesante, tal vez por el misterio que nos presenta.
ResponderEliminarA modo de metáfora, ¿cuántas máscaras es esperable que tengamos? ¿Una? ¿Dos? ¿Miles?
Gracias por visitar mi blog.
Un beso,
Pablo
El día que alguien encuentre la forma de enmascarar los ojos estará todo perdido...
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